martes, 20 de enero de 2015

BORIS





Pronto dejarás de temer a los payasos.



En un antiguo y olvidado teatro, se realizó hace mucho tiempo la audición más prometedora del mundo de la mímica. La prueba se ejecutó a puertas cerradas, con tan solo un juez y un artista.

La audición fue juzgada por nada menos que Boris Zhanitsyn, el mimo más famoso de ese entonces. Los años le habían borrado la sonrisa y ya le había llegado la hora de retirarse, por lo que estaba en busca de un sucesor. De aprobarse el acto, el joven haría la gira que Boris no pudo terminar por recomendación del médico. El objetivo de la gira no solo sería rendir homenaje a su trayectoria, sino también lanzar a la fama a una nueva estrella.

El viejo Boris había visitado ese teatro cientos de veces, pero aquella fue la primera que no asistió vestido de mimo; esa tarde portaba una boina azul, una camisa amarilla floreada y unos pantalones celestes de gabardina.

Desde el primer instante en que el joven mimo subió al escenario, sorprendió al anciano. El traje se ajustaba a cada músculo de forma escultural, y su rostro mostraba una absoluta falta de emoción hacia todo aquello que lo rodeaba. El joven le recordó a él mismo, antes de que el paso del tiempo acabase con su tersa piel de porcelana y lo convirtiera en un arrugado vejestorio de manos temblorosas.

La rutina del joven fue impecable. Cada movimiento fue ejecutado con una elegancia que Boris jamás había visto fuera del espejo; parecía ser en verdad su sucesor. Ante cada ejecución, el anciano aplaudía con entusiasmo; lo hacía sin chocar las manos, por supuesto, no quería contaminar la audición con ruidos innecesarios. El joven tampoco podía creer lo que estaba viviendo, estaba sorprendiendo a su máximo ídolo, a aquel que lo había inspirado a dedicarse a la mímica.

Al finalizar la actuación, Boris se llevó los meñiques a la boca con un gesto de silbidos; pero, como buen mimo, no soplaba en realidad. El joven hizo una reverencia ante su modelo a seguir y, sonriente, lo saludó con un pañuelo que tenía en el bolsillo.

Mientras bajaba las escaleras, iba limpiándose el rostro para sacarse el maquillaje de mimo. El joven y el anciano se miraron el uno al otro en una escena de futuro y pasado, de vida y de muerte. La mutua contemplación duró diez minutos de absoluto silencio y sin que ninguno hiciera el menor movimiento.

El muchacho estaba esperando la materialización de los aplausos en un acuerdo oral que lo sacaría de su miseria, pero Boris lo sorprendió bajando el pulgar de su temblorosa mano y negándole la aprobación, moviendo la cabeza de un lado a otro.

El joven perdió la compostura y se acercó al anciano con intenciones de asesinarlo, pero a pesar de su avanzada edad, Boris fue más rápido.

El experimentado artista sujetó al muchacho del brazo para luego lanzarlo al suelo. El movimiento fue tan eficaz que el joven tembló de miedo, su rostro se había vuelto pálido, casi tanto como cuando estaba maquillado. Boris aún no estaba satisfecho, y comenzó a ahorcar al muchacho, clavando sus huesudos dedos hasta que su rostro volvió a mostrar una absoluta falta de emoción hacia todo aquello que lo rodeaba.

Al llegar a su hogar, el anciano se cambió la vestimenta por un traje en blanco y negro; no estaba cómodo con la camisa floreada y los pantalones celestes. Una vez vestido con el atuendo que lo había hecho famoso, Boris se dirigió a su invaluable tocador francés.

El anciano se miró en el espejo, suspirando por el fracaso de aquella audición en la que había depositado todas sus esperanzas. Una lágrima negra corrió por su mejilla, y entonces abrió uno de los tantos cajones del antiguo tocador en busca de un pañuelo. Volvió a mirar su arrugado reflejo mientras humedecía el pañuelo. Luego, con la delicadeza que lo caracterizaba, Boris se removió el maquillaje humano hasta dejar otra vez expuesta su natural piel de mimo.



FIN







40 comentarios:

  1. Brillante final. Era un mimo auténtico, no una persona disfrazada de mimo. Una raza aterradora, incapaz de sentir. El principio también me pareció muy interesante. Crea interés desde la primera frase.

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    1. Gracias por el comentario, Santiago. Así es; Boris era un mimo de verdad, no un actor.
      Un saludo!

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  2. 😕no me gustan los mimos...y lo demás estuvo bien,pero ps los mimos no me gustan,esta en la lista de las cosas que le temo.

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    1. Y este es solo el primero de la saga de mimos...
      Gracias por combatir tus miedos y leer mi cuento, Ady :)

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  3. Saludos Federico, muy interesante de leer tu relato. Boris es un personaje muy enigmático que resulta ser mimo más que humano. Sería por eso que para el fracaso la audición, quizá esperaba que el artista que audicionaba fuese o se sintiese igual que él, un mimo real. Bueno aunque con Boris no le empiezo a perder el miedo a los payasos .-). Éxitos!

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    1. Gracias por tu comentario, Mery. Me alegro de que te haya resultado interesante. Es muy buena tu interpretación, es una manera de verlo.
      Saludos! :)

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  4. El título y el saber que trata de payasos o mimos, ya es de por sí interesante y curioso. Me encanta ese nombre para un personaje como este, pues para mí suena aterrador.
    Me fascinó la parte en la que aplaudía y silbaba mediante la mímica, ahí se entrevé que lleva a los mimos en la sangre. Y luego ese impresionante final que revela que en realidad es un mimo real y la razón por la que mató al chico, que supongo es por limpiarse el maquillaje.
    Muy bueno, Federico, como siempre.
    Saludos.

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    1. Muchas gracias por las palabras, Ricardo. Me alegro de haber acertado con el nombre en tu opinión. Es buena tu forma de verlo, que mató al joven porque no llevaba la mímica en la sangre al igual que él.
      Saludos!

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  5. Estupendo el relato, con una narración impecable y fluída y un argumento original. Ya es costumbre que nos sorpendas con tus finalles, nos has acostumbrado muy mal, pero aún así es muy difícil adivinar los desenlaces. En esta ocasión, para mí hubiera sido imposible. Muy bueno, me ha encantado!!

    Un abrazo, Federico :)

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    1. Muchas gracias por el comentario, Julia. Me alegro de haberte sorprendido una vez más y de que te haya gustado mi relato.
      Abrazo grande!

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  6. El relato es impecable y un final digno de elogiar. En verdad no me lo esperaba. Federico como siempre tienes en mi a un fan de tus escritos

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    1. Muchas gracias por las palabras, amigo. ¡Abrazo grande!
      También te seguiré leyendo.

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  7. Comenté antes pero veo que no se ha publicado, ahí va otra vez.
    Me parece un relato excelente. Diez minutos de miradas tensas para acabar muriendo. Desde luego, yo ya no le tengo miedo a los payasos.

    Un saludo

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    1. Gracias por tu comentario, D. A.Galan.
      Me alegro de que te haya gustado y de que hayas superado tu miedo a los payasos; los payasos no son de temer cuando se conoce mejor a los mimos.
      Un saludo.

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  8. El Mimo temía más a un mal homenaje que manchara su trayectoria, que a morir y que su memoria decayera. Magnífico final, pude sentir lo visceral del silencio de Boris. Excelente Relato, ¡Saludos!

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    1. Me alegro de que hayas sentido el silencio de Boris. Es muy buena tu interpretación sobre el modo de actuar del mimo.
      Muchas gracias por el comentario, Víctor. ¡Saludos!

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  9. Cómo me ha gustado, Federico!!! Me parece que a Boris le va costar encontrar un sucesor de verdad que sea tan mimo como el
    Bravo!!

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    1. Así es, Boris es un mimo de raza. Muchas gracias por el comentario. Me alegro de que te haya gustado, Ángela.

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  10. Hola Fede.
    Realmente me dejaste sin palabras. La calidad, la exquisitez de este relato es suprema mi amigo. Es brillante. Para mi, de lo mejor que te he leído.
    Abrazos.

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    1. Muchas gracias por tus palabras, Richard. Me alegra saber que te pareció tan bueno, amigo.
      Abrazo grande.

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  11. Me encanta el estilo de tu prosa, tan clara y depurada. Cuando he terminado de leer el relato no he sentido miedo pero se me ha clavado en el cerebro una pregunta inquietante: ¿Podría existir un artista mimo al que Boris pudiera aprobar? Supongo que a otro ser siniestro sin maquillaje, como él. Se me ponen los pelos de punta...

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    1. Muchas gracias por tus palabras, Eva!
      Ese era precisamente mi objetivo con este cuento; que luego de terminarlo, el lector se quede imaginando a Boris y pensando si habrá otros como él. Me alegro de que hayas pensado en eso y de haberte puesto los pelos de punta.

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  12. Hola Fede.
    Muy bien escrito e impecable.
    Ambos tenían las mismas malas intenciones, eran un espejo mutuo y se decepcionaron por igual, al no encontrar lo que buscaban, el joven, reconocimiento, y viejo, su digno sucesor. Las expectativas que albergamos en los demás, y que aunque nos cueste reconocer pocas personas pueden estar a la altura de ellas.
    Me ha encantado el trasfondo para reflexionar.
    Un abrazo




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    1. Muy interesante tu reflexión, Lucía. Me alegro que te haya gustado.
      Te agradezco la atenta lectura y comentario.
      ¡Un abrazo!

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  13. Como escoges escenarios ya aterradores... y los personajes, no quisiera repetirme en mis anteriores comentarios pero... tus personajes se convierten en entrañables por extrañamente carismáticos, y (siempre, pero en este caso quiza más) tus giros y finales... dejan sin aliento. Eres grande! El Poe de G+!!! :D

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    1. ¡Qué comentarión, amigo!
      Te lo agradezco mucho y también mis personajes.
      Abrazo grande, Miguel Ángel!

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  14. Inquietante, interesante y silente, un relato que va desarrollando imágenes silenciosas sobre un fondo oscuro... puede que ahora los mimos se hagan del miedo a los payasos y los extingan en los mundos de las fobias. Te felicito, maestro Federico! (Gesto de abrazo y gesto de despedida...)

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    1. Muchas gracias, amigo! Un honor recibir esa felicitación silenciosa de tu parte, Alonso.
      Abrazo!!

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  15. Disfruté mucho con "Diario de un Mimo" y he vuelto a gozar con este relato corto de la misma índole.
    Un personaje realmente estremecedor. Genial, Federico.
    Abrazo, Amigo de las Letras.

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    1. Me alegro de que hayas disfrutado de mi cuento, amigo de las letras.
      Este cuento se me ocurrió mientras escribía "Diario de un Mimo", se suponía que sería una historia que el payaso del tren le contaría al protagonista, pero al final lo escribí como un cuento independiente.
      Abrazo!

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  16. Interesante y enigmático, siento que la audición fallo en el momento en que el joven sonrió ya que como mimo auténtico que era Boris esperaba cero emoción.

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    1. Así es, y la remató al sacarae el maquillaje. El joven no era un mimo de verdad como el viejo Boris, era una persona disfrazada.
      Gracias por el comentario, Anto!

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  17. Hola Federico!

    Me gustó mucho tu relato, como siempre cautivante y placentero para los que gustamos leer claridades oscuras.

    Me parece que en el fondo Boris tuvo miedo de un sucesor tan exquisitamente parecido a el, pero que seria capaz de lograr que muriera en vida y pronto se olvidaran de el.
    Creo que en este relato tan aparentemente inofensivo hay mucha ofensa de por medio, el ego y el deseo de perpetuarse de los demás es capaz de cometer los crímenes mas oscuros y despiadados en nombre del arte por el miedo a dejar de existir aunque sea como un hermoso recuerdo imperecedero.
    Aunque el talento le sobraba, pienso que Boris se sintió ofendido al ver que una perfección alcanzada con los años de experiencia podría ser manejada con tanta excelencia por un joven que todavía no sentía correr sangre de mimo por sus venas, solo era un trabajo más.

    Gracias por tu maestría, maestro de la oscuridad reflexiva.

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    1. Los motivos ocultos de Boris pudieron haber sido muchos. Me gustó mucho tu interpretación, muy interesante.

      ¡Gracias por la reflexiva lectura y comentario, Harolina!

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  18. Anónimo04 abril

    Siempre he admirado la capacidad que tienen los mimos para comunicarse sin necesidad de sonidos, además de que así mantienen toda la atención en ellos. Van en contra de lo cotidiano.
    ¿Boris buscaba un sucesor? ¿Ya han terminado las audiciones? ¡Qué mala suerte!

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    1. Puedo hablar con él si estás interesado en ser su sucesor; tal vez te consiga una audición.
      A mí también me gusta lo contra que van de lo cotidiano los mimos.
      Abrazo, amigo!

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  19. Interesante relato de los mimos... aunque no estaba muy interesada en los mimos, ya me comienzan a llamar la atención después de leer tus historias.

    Esta es excelente, un mimo que se caracteriza de anciano, eso fue inesperado, entendí que no quiere sucesor, mas bien elimina cualquiera que pudiera ser su sucesor. supongo que porque para ser su sucesor, tienes que nacer siendo mimo, no hacerte mimo; como Boris. ;-).

    Saludos y bonito fin de semana.

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    1. Tal vez tengas razón, y Boris lo haya matado porque es de los que creen que mimo se nace y no se hace.
      Me alegro de haber despertado tu interés en el mundo de la mímica, Tere.

      Saludos de Boris y de mi parte :)

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  20. Excelente! Tus relatos transportan a una época más antigua muy propicia para contar historias de misterio. Un época que se extraña, saludos aún te leo Fede 😉

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    1. También extraño esas viejas historias de terror que leía en mi tierna infancia.
      Muchas gracias por seguir por aquí, Arteriola ☺
      Saludos!

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